Historia de Brenda Castañeda

Enseña por Mexico
6 min readMar 26, 2021

Brenda Castañeda, Alumni 2015

Cuando estudiaba el primer semestre de la licenciatura en Historia, un profesor me dijo que la historia lo había llevado lejos, a conocer otros mundos y que también podía pasarme a mí. En un principio pensé que lo decía sólo para “venderme” la carrera, pero resultó cierto.

Al egresar de la licenciatura, en el 2015, postulé a Enseña por México con cero experiencia docente, pero con muchas ganas de enseñar, salir de mi realidad y conocer otros contextos. Mi experiencia como PEM fue una travesía: comencé en Chihuahua y terminé en La Paz, teniendo la oportunidad de conocer cómo era dar clases en bachillerato y también trabajar con adultos, dos contextos diferentes: los jóvenes inquietos y los adultos centrados, pero ambos con ganas de comerse el mundo. Trabajar dando clases a adultos fue algo que nunca me imaginé, pero que me marcó, pues muchos de ellos tenían historias trágicas de vida y veían el terminar sus estudios como una oportunidad de mejorar su realidad. Lo cual me enseñó que siempre hay una segunda oportunidad.

Al convertirme en alumni, estaba convencida de que quería seguir ejerciendo la docencia o, al menos, trabajar en algo relacionado con ella. En el 2017 tuve la oportunidad de colaborar en The Education Partners, como capacitadora en Jalisco e Hidalgo a Asesores Técnicos Pedagógicos y Supervisores de la SEP. Fue una experiencia distinta. Al inicio, me daba miedo porque consideraba que yo era quién tenía que aprender de ellos, sin embargo, fue una sorpresa agradable conocer gente noble, comprometida con la educación y con muchas ganas de actualizarse. Esto me motivó a prepararme para llegar a ser como ellos, y decidí entrar a estudiar la Maestría en Tecnologías para el Aprendizaje en la Universidad de Guadalajara, desarrollando un proyecto para la capacitación docente en el área de Historia.

Siempre me he considerado una persona inquieta y con ganas de conocer todo lo que pueda, en la enseñanza tenía ya experiencia trabajando en ciudad y en rural, con jóvenes y adultos, y tenía deseos de conocer otras realidades, que implicaban un reto mayor, y fue así como la vida me dio lo que pedí. Actualmente, laboro en el Bachillerato Intercultural Wixárika, en la sierra de Jalisco como docente de Historia. Me vine a vivir a la sierra sin ningún antecedente, puesto que no hablo la lengua, pero estoy aprendiendo mucho sobre su cultura, su idioma y su forma de ver la vida. Y definitivamente enseñar en un contexto intercultural implica mayor esfuerzo, pero también la satisfacción es grande.

Al final, mi profesor tenía razón y la historia junto con la docencia me han llevado lejos de casa, a conocer los distintos mundos que existen en el país. Me considero afortunada de haber tenido la oportunidad de trabajar tanto en la ciudad como en lo rural y poder conocer las diversas aristas de la enseñanza y el aprendizaje.

Cuando estudiaba el primer semestre de la licenciatura en Historia, un profesor me dijo que la historia lo había llevado lejos, a conocer otros mundos y que también podía pasarme a mí. En un principio pensé que lo decía sólo para “venderme” la carrera, pero resultó cierto.

Al egresar de la licenciatura, en el 2015, postulé a Enseña por México con cero experiencia docente, pero con muchas ganas de enseñar, salir de mi realidad y conocer otros contextos. Mi experiencia como PEM fue una travesía: comencé en Chihuahua y terminé en La Paz, teniendo la oportunidad de conocer cómo era dar clases en bachillerato y también trabajar con adultos, dos contextos diferentes: los jóvenes inquietos y los adultos centrados, pero ambos con ganas de comerse el mundo. Trabajar dando clases a adultos fue algo que nunca me imaginé, pero que me marcó, pues muchos de ellos tenían historias trágicas de vida y veían el terminar sus estudios como una oportunidad de mejorar su realidad. Lo cual me enseñó que siempre hay una segunda oportunidad.

Al convertirme en alumni, estaba convencida de que quería seguir ejerciendo la docencia o, al menos, trabajar en algo relacionado con ella. En el 2017 tuve la oportunidad de colaborar en The Education Partners, como capacitadora en Jalisco e Hidalgo a Asesores Técnicos Pedagógicos y Supervisores de la SEP. Fue una experiencia distinta. Al inicio, me daba miedo porque consideraba que yo era quién tenía que aprender de ellos, sin embargo, fue una sorpresa agradable conocer gente noble, comprometida con la educación y con muchas ganas de actualizarse. Esto me motivó a prepararme para llegar a ser como ellos, y decidí entrar a estudiar la Maestría en Tecnologías para el Aprendizaje en la Universidad de Guadalajara, desarrollando un proyecto para la capacitación docente en el área de Historia.

Siempre me he considerado una persona inquieta y con ganas de conocer todo lo que pueda, en la enseñanza tenía ya experiencia trabajando en ciudad y en rural, con jóvenes y adultos, y tenía deseos de conocer otras realidades, que implicaban un reto mayor, y fue así como la vida me dio lo que pedí. Actualmente, laboro en el Bachillerato Intercultural Wixárika, en la sierra de Jalisco como docente de Historia. Me vine a vivir a la sierra sin ningún antecedente, puesto que no hablo la lengua, pero estoy aprendiendo mucho sobre su cultura, su idioma y su forma de ver la vida. Y definitivamente enseñar en un contexto intercultural implica mayor esfuerzo, pero también la satisfacción es grande.

Al final, mi profesor tenía razón y la historia junto con la docencia me han llevado lejos de casa, a conocer los distintos mundos que existen en el país. Me considero afortunada de haber tenido la oportunidad de trabajar tanto en la ciudad como en lo rural y poder conocer las diversas aristas de la enseñanza y el aprendizaje.

Cuando estudiaba el primer semestre de la licenciatura en Historia, un profesor me dijo que la historia lo había llevado lejos, a conocer otros mundos y que también podía pasarme a mí. En un principio pensé que lo decía sólo para “venderme” la carrera, pero resultó cierto.

Al egresar de la licenciatura, en el 2015, postulé a Enseña por México con cero experiencia docente, pero con muchas ganas de enseñar, salir de mi realidad y conocer otros contextos. Mi experiencia como PEM fue una travesía: comencé en Chihuahua y terminé en La Paz, teniendo la oportunidad de conocer cómo era dar clases en bachillerato y también trabajar con adultos, dos contextos diferentes: los jóvenes inquietos y los adultos centrados, pero ambos con ganas de comerse el mundo. Trabajar dando clases a adultos fue algo que nunca me imaginé, pero que me marcó, pues muchos de ellos tenían historias trágicas de vida y veían el terminar sus estudios como una oportunidad de mejorar su realidad. Lo cual me enseñó que siempre hay una segunda oportunidad.

Al convertirme en alumni, estaba convencida de que quería seguir ejerciendo la docencia o, al menos, trabajar en algo relacionado con ella. En el 2017 tuve la oportunidad de colaborar en The Education Partners, como capacitadora en Jalisco e Hidalgo a Asesores Técnicos Pedagógicos y Supervisores de la SEP. Fue una experiencia distinta. Al inicio, me daba miedo porque consideraba que yo era quién tenía que aprender de ellos, sin embargo, fue una sorpresa agradable conocer gente noble, comprometida con la educación y con muchas ganas de actualizarse. Esto me motivó a prepararme para llegar a ser como ellos, y decidí entrar a estudiar la Maestría en Tecnologías para el Aprendizaje en la Universidad de Guadalajara, desarrollando un proyecto para la capacitación docente en el área de Historia.

Siempre me he considerado una persona inquieta y con ganas de conocer todo lo que pueda, en la enseñanza tenía ya experiencia trabajando en ciudad y en rural, con jóvenes y adultos, y tenía deseos de conocer otras realidades, que implicaban un reto mayor, y fue así como la vida me dio lo que pedí. Actualmente, laboro en el Bachillerato Intercultural Wixárika, en la sierra de Jalisco como docente de Historia. Me vine a vivir a la sierra sin ningún antecedente, puesto que no hablo la lengua, pero estoy aprendiendo mucho sobre su cultura, su idioma y su forma de ver la vida. Y definitivamente enseñar en un contexto intercultural implica mayor esfuerzo, pero también la satisfacción es grande.

Al final, mi profesor tenía razón y la historia junto con la docencia me han llevado lejos de casa, a conocer los distintos mundos que existen en el país. Me considero afortunada de haber tenido la oportunidad de trabajar tanto en la ciudad como en lo rural y poder conocer las diversas aristas de la enseñanza y el aprendizaje.

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